El aceite de Canola tiene una interesante historia.
Canola significa Canadian Oil Low Acid (Ácido Erúcico) pero hace 4,000 años se usaba en la India, y ya en el siglo XIII en Europa servía para encender lámparas. Varios siglos después, con el invento de la maquinaria de vapor, se encontró que era el mejor para limpiar motores.
Durante la Segunda guerra mundial, como parte de la estrategia militar, el gobierno canadiense promovió la producción de este aceite para la maquinaria naval de guerra… y, como suele suceder con otros inventos, una vez se terminó la guerra, había que buscar dónde volcar esa producción, ¿quién podría consumir millones de litros de este aceite? Pues, el público en la cocina.
Faltaba quitarle el sabor amargo que le daba el ácido erúcico y aclararle el color verde de la clorofila para hacerlo parecer un producto alimenticio. De allí a promoverlo como una alternativa sana sólo hacía falta una buena campaña y la ayuda de un par de científicos de la nutrición.
Hoy tenemos este popular aceite poco sano, con un punto de humo alto, cuyas propiedades saludables deberíamos cuestionar seriamente.
Aléjate siempre que puedas de este aceite.