Antes de que nazca tu bebé, tu cuerpo comenzará a producir leche materna. Debes prepararte para la llegada del bebé.
La primera vez de la lactancia a tu bebé puede ser pocas horas después del parto. Esa primera leche materna se llama calostro. Usualmente es una sustancia espesa, amarilla y pegajosa que es rica en nutrientes que ayuda a preparar el sistema gastrointestinal de tu bebé.
Unos pocos días después de dar a luz, tu cuerpo comenzará a producir un tipo diferente de leche materna. Esta leche también es muy rica en nutrientes y sostendrá completamente a tu bebé durante los primeros meses.
La lactancia materna es un ejercicio de vinculación
Aprenderás las señales de hambre de tu bebé y ellos aprenderán a responder a tu cuerpo. Pasarás mucho tiempo con tu bebé, lo cual crea un fuerte lazo. Aproximadamente podrás alimentar a tu bebé de 8 a 12 veces al día durante los primeros meses.
Además de brindarle alimento a tu hijo, el contacto piel con piel que se experimenta a través de la lactancia materna es una manera maravillosa de fortalecer el vínculo madre-bebé.
La lactancia materna es una habilidad que aprenderás poco a poco
Comienza descansando con tu bebé en una posición cómoda para amamantarlo. Si el bebé tiene que torcer el cuello para comer, es posible que no lo estés amamantando bien.
La posición de cuna
Esta es la primera posición que muchas madres utilizan, con frecuencia poco después del nacimiento del bebé.
La posición de cuna cruzada
Esta posición te permite tener más control sobre la prensión del bebé (la forma en la que el bebé agarra el pecho con la boca). Muchas mamás descubren que pueden lograr que el bebé se agarre mejor con esta posición.
La posición acostada de lado
Esta posición es cómoda para las madres que han tenido una cesárea porque el bebé no presiona sobre el abdomen de la madre. Asegúrate de volver a poner al bebé en la cuna antes de quedarte dormida.
Si sientes alguna molestia o dolor, rompe suavemente la succión del bebé.
Consejos prácticos:
Antes de llevar al bebé a tu pezón, trata de que abra la boca lo que más pueda. Repite los pasos hasta que sea cómodo y tu bebé esté amamantando a un ritmo suave y uniforme. Establecer un buen agarre ayudará al bebé a obtener la leche adecuada. También te evitará el dolor y la incomodidad.
Si continúas teniendo dificultades para lograr un agarre fuerte, habla con tu pediatra o un asesor de lactancia.